Me encanta el símbolo de la triple diosa.
Es wiccano, y como buen pueblo mestizo que somos, podemos resonar con estas formas de magia que encontramos en otros territorios. Eso es lo que me pasa a mi por lo menos, con el menjunje de ciudades en las que he vivido, y las brujas que he conocido.
La Triple Diosa corresponde a la Doncella, la Madre y la Anciana, las tres formas del poder femenino, simbolizadas en la Luna Cresciente, la Luna Llena y la Luna Menguante. Puede verse de tantos puntos distintos: la representación del ciclo menstrual, el poder que tiene cada etapa y cómo se relaciona con el cielo (ovular en Luna Llena por ejemplo, para menstruar en Luna Nueva).
Porque en las distintas etapas de la vida tenemos diferentes poderes y caminos, roles y responsabilidades, cada uno con su propia magia. La Triple Diosa simboliza la unión, todas las que fuimos, somos y seremos.
Me acuerdo de la bruja que era a los 15, valoro el aprendizaje, y me enorgullezco de lo poderosa que era. Hoy como Madre, me doy cuenta de la misma magia, pero con otra raíz, con otros objetivos. Y puedo encontrar en mi interior aún a la Doncella, encantada con el amor y los rituales. ¿Cómo seré cuando tenga el poder de la Anciana?
La Triple Diosa nos recuerda que todas las etapas son hermosas, poderosas. Y por supuesto, que el tiempo no es lineal, por lo que el poder de este símbolo está siempre disponible para invocar la magia de quienes fuimos, y seremos.